To BIM or not to BIM

El sector de la construcción está evolucionando hacia un camino en que no solo los productos, sino también los procesos de trabajo se industrializan. Con la aplicación de los estándares BIM (Building Information Modelling) se busca una coordinación mucho mejor entre los agentes partícipes del proyecto y obra, así como entre los documentos que se elaboran. Esto requiere un esfuerzo de recursos y medios, especialmente en las etapas de implantación del BIM en los negocios, que muchos casos resulta en ventajas. Entre otras: Mejor coordinación espacial de los elementos que conforman la arquitectura (especialmente en las instalaciones), mejora de correlación del proyecto de arquitectura con el presupuesto -evitando costes no previstos- y mayor control del producto por parte del cliente.

En la actualidad, y especialmente en nuestro país, el proceso de implantación está siendo más lento que en otros países, aunque la apuesta es firme. Al tratarse de una manera de trabajar que requiere una etapa de formación e implantación fuertes, donde quien las ha asumido lo ha hecho de forma gradual con un grado de perfeccionamiento que depende de muchos factores y con la expectativa de que es un estándar en período de implantación de largo plazo en el mercado, podemos decir que el grado de adopción varía enormemente entre empresas. Entre otros motivos, porque las necesidades y posibilidades de cada encargo varían enormemente, y no en todos los proyectos se considera sensato la aplicación de este estándar (una rehabilitación de una pequeña masía, de forma irregular y con un factor de repetición de los elementos casi nulo puede comportar más problemas que beneficios a la hora de aplicar el BIM. Por contra, un bloque de viviendas de cierto volumen donde muchos elementos se repiten, hasta pisos enteros, es un contexto ideal para la aplicación del BIM, y más si es el cliente quien explota el edificio, de manera que puede tener un control férreo sobre el mantenimiento del edificio).

Por tanto, ¿BIM o no BIM? Pues dependerá del caso. Lo primero es averiguar las necesidades del cliente y ver si la adopción de este estándar supone un beneficio o no, y hablarlo abiertamente. En nuestro despacho hemos trabajado más de un proyecto en BIM y estamos francamente entusiasmados con las posibilidades que ofrece esta nueva metodología. Dicho esto, no venderemos este valor añadido a alguien que quiere hacerse un jardincito, porque el retorno que obtendrá de la aplicación del BIM en comparación con el trabajo que supone podemos decir que, a día de hoy, no le compensará

(1) Comments

  1. Muy interesante artículo.
    El BIM como herramienta para la concepción, construcción y explotación de edificios de cierta envergadura es ya una realidad.
    Para edificios pequeños y medianos parece ser una herramienta demasiada compleja o poco práctica. Otro tema que parece no poder resolver todavía es la escala de detalle que por ahora parece lejos de poder ser resuelto con los ordenadores actuales y acaba haciéndose con un cad clásico…

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